Gilberto, el popular mago Kandú, luego de desaveniencias con quienes convivía en la mansión, se quejó también del régimen propuesto por don Evaristo, a quien en más de una ocasión llamaba "cagaseco, culichupao"... entre otros términos así por el estilo.
Antes de irse de la mansión, el mago Kandú dejó escrita una nota, para que la viera todo el mundo. Decía así:
"Manada de peyes, falsos, agonías... Tanto que hice yo por ustedes en esta peye casa, y así es como me pagan... comenzando por ese franchute... y mi Secretario en quien tenía puesta toda mi confianza se me fue con la manada... a aguantar filo donde don Evaristo, ese viejo cagaseco culichupao pipiloco... pero bueno, así paga el diablo a quien bien le sirve, de verdad que sí, de verdad que sí... Peyes... suerte es que les digo agonías, ¡TE LAS CANTO!"
Con esto, se despidió de la casa y de sus familiares, y hasta el sol de hoy no sabían nada del mago Kandú. El mago tripuló un autobús, pero al comportarse de manera morbosa con una mujer fue expulsado del vehículo de transporte por el esposo que iba junto a ella. Y aún así siguió a pie hasta Japón, recorrió a Akihabara, el parque de los cosplays, y en menos de tres minutos llegó a la AMP, el imponente edificio de la Attacked Mystification Police bien regido por Rally Cheyenne. Ésta lo recibió en su despacho, y al día siguiente el mago Kandú estuvo al servicio de la AMP y de las Silent, pero nunca ha perdido la picardía que lo caracterizaba durante su estadía en la mansión de don Evaristo.
